Valle de Arce

Valle de Arce-Artzibar

Calendario festivo

Etnografía

CALENDARIO FESTIVO. (Texto e imágenes iniciales Jose Etxegoien)

Aparte de algunas citas sueltas en los libros e investigaciones, para el calendario festivo de Artzibar es fundamental el estudio realizado por el investigador Mikel Aranburu Urtasun. Su estudio se leyó en unas jornadas en Iruñea hacia 1986 y se publicó en Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra en 1989 y en Eusko Ikaskuntza en 1990.

NOTA BIBLIOGRÁFICA: El estudio es el mismo en los dos, sólo en CEEN añade como coautor al grupo Ortzadar. Existen copias digitales en internet.

Aranburu Urtasun, Mikel. 1989. Folklore festivo del valle de Arce. Aplicación, por el grupo Ortzadar, de un cuestionario etnográfico sobre la fiesta tradicional. En Cuadernos de etnología y etnografía de Navarra, nº 54, pp. 343-376. Ed. Gobierno de Navarra.

– 1990. Folklore festivo del valle de Arce. Aplicación, por el grupo Ortzadar, de un cuestionario etnográfico sobre la fiesta tradicional. Cuadernos de sección. Folklore, nº 3, pp. 160-198. Ed. Eusko Ikaskuntza. Donostia-San Sebastián.

Es un estudio importante, dada la escasez de estudios de historia oral que se han realizado. En dos años entrevistaron a 27 personas, que tenían en general más de 69 años, lo que daba una cronología importante y una visión hoy día perdida de las festividades y costumbres del valle en el primer tercio del siglo XX.

Vaya como homenaje y recuerdo la lista de informantes que participaron en aquella encuesta:

Entrevistado

Año de nacim.

Pueblo

Año entrevista

Ambrosio Usoz 1901 Hiriberri 1984
Modesta Inda Erro 1916 Imizkotz 1984
José Murillo 1915 Nagore 1985
J.M. Urrizola Erro 1927 Nagore 1985
Fermín Vizcay 1904 Uritz 1985
Francisco Espinal 1919 Lusarreta 1985
M.ª Concepción Uriz 1922 Saragueta 1985
Cirila Bidegain 1922 Arrieta 1985
Daniel de casa Marterena 1919 Arrieta 1985
Tomás Aristu 1901 Azparren 1985
Felisa Ilarraz 1919 Nagore 1985
José Redín Urrizola 1902 Artozki 1985
Luisa Espinal 1919 Lusarreta 1985
Crescencia… 1927 Ekiza 1985
Juliana Palacios 1913 Arrieta 1984
Ignacio Arano 1927 Ekiza 1985
Florentina Ibarra 1912 Lusarreta 1985
Josefa Ducay 1903 Arrieta 1985
Santiago Bidegain 1916 Arrieta 1985
Margarita… Azparren 1985
Juana Lugea Arboniés 1905 Uritz 1986
Lucas Cervantes 1921 Gorraitz 1985
Pilar (sra. de L. Cervantes) Gorraitz 1985
Salvador Barber López 1898 Azparren 1986
Amalia Arboniés Etxamendi 1922 Hiriberri 1986
Javier Arboniés Etxamendi 1927 Hiriberri 1986
Juana Castera Leyer 1919 Hiriberri 1986

ENERO.

Vísperas del día de Reyes. El reinado y las cencerradas. Era un juego de cartas, que en otros pueblos tenía otros nombres: el orón… Para su descripción seguimos el estudio de Aranburu, (1990):

“La familia se reunía la noche anterior al día de Reyes y elegía, entre sus miembros, al rey. La elección se confiaba al azar mediante las cartas de la baraja. El cabeza de familia o, en algunos casos, la persona de más edad, repartía las cartas incluyendo en el reparto a Dios y a la Virgen para los cuales se colocaban sendos platos de porcelana donde depositar los naipes que les tocaran en suerte. Algunas familias les ponían, también, silla junto a la mesa. Las cartas se distribuyen respetando un orden de edad y autoridad. Se comienza por Dios y se termina por el más joven de la casa. Es designado rey aquél a quien le corresponde el rey de espadas.

El elegido rey estaba obligado a invitar a la familia a una chocolatada o al desayuno de la mañana de Reyes. La obligación podía asimismo consistir en el pago del postre o prenda similar. Obviamente esto no se cumple cuando el elegido resulta ser Dios o la Virgen, situación que en algunos pueblos resolvían repitiendo el sorteo. Y serían los padres quienes costeasen la invitación cuando ésta correspondiera a los más pequeños.

Una vez designado el rey por el procedimiento descrito, los muchachos salían a las ventanas proclamando a viva voz el nombre del elegido al grito de «viva el rey fulano» y, en euskara, «fulano erregea». La proclama se acompañaba con gran estruendo de esquilas y cacerolas e, incluso, con disparos de escopeta.

En Lusarreta al rey le recordaban su obligación con la frase «fulano tienes que pagar la besugada» que consistía, pese a lo que pueda parecer, en una libra de chocolate. Además en esta localidad el cargo tenía cierta continuidad durante el año, pues era frecuente solicitar, al entrar en las casas, el correspondiente permiso del rey o reina.

Otras variantes recogen la costumbre de que sea precisamente el más joven quien reparta las cartas (Lusarreta) o se señala que la carta designatoria sea el rey de oros (Villanueva) o el as de oros (Ekiza, Gorraiz). En Arrieta, por ejemplo, no incluyen a la Virgen en el reparto. En Lakabe, donde vivían pocas familias, se juntaban todas en una sola casa para efectuar la elección. Esta costumbre se conoce en algunos pueblos como la chocolatada (Ekiza) aunque la denominación más extendida es la de el reinado.”

La cencerrada era una costumbre típica pirenaica, de salir al anochecer de la víspera de Reyes con cencerros, a ser posible grandes, para según la tradición ahuyentar los malos espíritus y avisar a los reyes dónde se encontraban los pueblos y así no se perdieran.

En Artzibar era costumbre arraigada ir por las calles de los pueblos, e incluso los de Artozki y los de Elkoatz (Urraul Goiti) iban hasta Ekiza donde eran invitados a un refrigerio.

Se recogieron otras dos pequeñas costumbres de ese día, que ponemos de nuevo en boca de Aranburu, (1990):En Lakabe el padre de familia reparte las oladas de manera que el primer trozo corresponde al más joven y el último se guarda para el primer pobre que llegue a la casa. También se recoge en esta fecha la costumbre, más propia de la nochevieja, de barrer la cocina de tal forma que si aparecen granos de maíz o trigo se interpreta como signo de que la cosecha de este año será abundante.”

S. Antón. Era el patrón de los ganaderos, pastores y arrieros, y ese día se solía bendecir a los animales, e incluso se les daba fiesta. Parece que es en el siglo XIV cuando se generaliza en Navarra la bendición de S. Antón. En Artzibar daban fiesta a los ganados caballar y mular, como decía un artzibartar, “no se les echaba el baste”.

Seguimos las costumbres de ese día recopiladas por Aranburu, (1990):

“[…] el cura bendecía el ganado. Por lo general los animales son conducidos hasta la puerta de la Iglesia o lugar acostumbrado próximo a ella, que suele ser por donde el ganado pasa habitualmente en su camino al monte. La bendición suele hacerse al paso de los animales. De esta forma se hace, por ejemplo, en Imizkoz, Artozki y Nagore. Es frecuente en otros pueblos sacar la imagen del santo a la calle (en Artozki, por ej., donde nos aclaran que «es un santo con un cerdito»). En Azparren, mientras son bendecidos por el cura, los animales pasan por debajo de una estola tendida entre la Iglesia y la casa parroquial.

En otros casos será el propio párroco, acompañado por un monaguillo, quien visitará las cuadras para dar la bendición a las bestias (Lusarreta, Ekiza). Esta función se completaba en Arrieta al circundar la cabeza del animal con una vela encendida derramando un poco de la cera derretida sobre sus cuernos.

En Saragüeta se ocupaban del ritual dos monaguillos que hacían pasar a los animales, en la misma cuadra, bajo una estola mantenida en alto entre ambos. Por ello los monaguillos recibían una propina. En Imizkoz el cura recibía su dádiva en forma de huevos o txistorra.

Era costumbre generalizada colocar en las cuadras estampas o láminas enmarcadas con la imagen del santo. En Villanueva en esta fiesta se coloca la estampa en la puerta y se hace pasar al ganado bajo la imagen protectora.

Un informante de Arrieta recordaba el significativo comentario de un cura que al bendecir una muy escuálida res decía entre dientes: «mejor el pienso que el agua bendita».”

En Azparren al paso bajo la estola le llamaban en euskara “estolape”.

FEBRERO.

Candelaria. 2 de febrero. En pueblos y valles como Aezkoa o Artzibar las velas bendecidas ese día eran importantes y se usaban para espantar las tormentas, sus rayos y truenos.

Estas velas también se usaban como “luz de los muertos”, y solían encenderlas cuando el moribundo agonizaba. En Imizkotz unas gotas de cera de estas velas se echaban sobre el cuerpo del difunto. La cera de esas velas también se utilizaba para las cruces bendecidas del domingo de Ramos.

Los de Ekiza y Lakabe bajaban a la procesión que celebraban en Artozki.

S. Blas. Se bendecían los alimentos para los humanos y los animales., a los que se unían una procesión. Era habitual en muchos pueblos y se han recogido diversa variantes en Erronkari, Orbaizeta, Urraules, Artzibar… o en Luzaide-valcarlos, que también era el protector contra los malhechores, recitando:

“Jaun San Bladi / nik suya estali. / Bortan bada gaistaginik/ han harri bedi/ Jau Santa Kruz/ Zilar Santa Kruz.” (Señor S. Blas, yo cubro el fuego. Si hubiere en la puerta un malhechor, quede convsertido en piedra. Señor Santa Cruz; Santa Cruz de plata.)

En Arrieta ese día guardaban ayuno hasta el mediodía. En el valle los alimentos bendecidos se comían el mismo día o al siguiente, excepto el agua bendecida que se usaba para afecciones de garganta.

Santa Agueda. Fiesta en la que se suelen hacer rondas con los cantos de Sta Agueda, no tenemos constancia de qué costumbres había en el valle. En Zaraitzu y Erronkari los jóvenes solían salir de ronda.

MARZO.

San Nicolás. 12 de marzo. Se mantiene el 6-XII en pueblos de Roncal, Lantz o Muruzabal.

San Gregorio. Ese día celebraban en algunos pueblos el “obispillo de San Nicolás”, que normañemnete era el 6 de Diciembre. Se celebraba en marzo en Orotz, Aintzioa, Espartza o algunos pueblos de Urraul Goiti, con sus cuestaciones.

Se vestía de obispillo e iban de cuestación, cantando algunas coplas. Seguimos las descripciones de Aranburu, (1990):

“El día de la festividad de San Gregorio está dedicada en Artzibar a los niños. Los chicos y chicas en edad escolar, hasta los catorce años aproximadamente, realizaban cuestaciones en todos los pueblos del Valle. Encabezaba el grupo uno de los chavales con atuendo de monaguillo con un bonete y un santocristo. Se le conoce como el obispillo. Solía corresponder este papel al chico de más edad o, con frecuencia, al propio monaguillo.

Para la colecta; los chavales portaban los útiles propios de las cuestaciones carnavalescas de los mozos, a saber: el gerren donde ensartar las chulas de tocino, la cesta para los huevos, el zacuto para el pan y una bandeja para el dinero. Prácticamente todos los informantes recuerdan las estrofas que, invariablemente, cantaban en el recorrido y que han resonado en los pueblos de Arce hasta hace veinte o treinta años.”

En la colecta se cantaban pequeñas estrofas dedicadas al santo. Recogemos algunas sueltas recogidas en Artzibar:

San Gregorio Coronado

fue obispo muy honrado

San Nicolás en la puerta

esperando la respuesta.

Cantaremos una, cantaremos dos

una limosnita por el amor de Dios

si nos dan o no nos dan

las gallinas pagarán.

 

Venimos aquí

llenos de esperanza

La patrona es buena,

tenemos confianza

que aquí nos darán

una buena magra

con huevos y pan.

Compañero venga el saco

venga el cesto y el guerren

que ya baja la patrona

para darnos…

 

(se dice lo que trae y luego se canta).

 

Os damos mil gracias

por vuestra merced

que les de salud

San Gregorio Magno

lo mismo a nosotros

para andar otro año.

 

Qué buena limosna nos ha dado usted

le damos mil gracias por vuestra merced

San Gregorio Magno le de salud

lo mismo a nosotros para andar otro año.

 

 

Somos pobres estudiantes

que venimos a estudiar

en una mano cinco dedos

y en la otra tres y dos.

Carnavales. Con fecha variable, se celebraban entre la epifanía y Semana Santa, unas veces por acuerdo de los jóvenes,  y si eran fijas, normalmente los días anteriores a la Semana Santa.

En algunos pueblos existía un personaje protagonista, un oso, “Hartza” en Auritz-Burguete, el ”Axeri” o zorro en Luzaide-Valcarlos que iban a robar huevos a los caseríos… y en otros era un personaje, que era juzgado por malhechor, pseado y muerto en la hoguera, caso de Lantz, (Miel Otxin), Uztarroze, (Aitandi-txarko)… Los carnavales se celebraban del jueves gordo hasta el día anterior del miércoles de ceniza.

Entre las costumbres habituales, además de los disfraces, estaba la cuestación, para lo que llevaban el “gerren” o hierro largo donde ensartaban las “txulas” de tocino y las “txistorras” que iban recogiendo. También llevaban cestos para los huevos o una bolsa para el dinero.

Solían embadurnar a todo el que encontraban, unas veces con barro o excrementos, u otras, caso de Artzibar, con agua, vino, harina o cenizas, según lo que estuviera más a mano. También, como en Orbaizeta, pegaban con escobas embadurnadas en barro, o con vegijas de cerdo o botas (Auritz).

En Artzibar los días fuertes eran el domingo y el martes. Así lo relata Aranburu:

Algunos pueblos celebran sólo el Domingo y otros lo hacen solamente el Martes. Entre los primeros están Imizkoz, Lusarreta, Artozki,… y entre los segundos, Nagore. En aquellos otros en los que la celebración comprendía los dos días, era frecuente que el Domingo se dedicase a la cuestación y el Martes se organizase la merienda.”

En la cuestación se solían cantar estrofas, de las que Aranburu recopiló alguna en castellano y euskara: “«La patrona de esta casa es una santa mujer /pero más santa sería si nos daría de beber» (Azparren). El verso puede acabar en «… si nos diera de comer» o también «…si nos diera un café».

En Villanueva nos explican que txingar equivale a urdaia y recuerdan este estribillo: «riai talagarai txingar piskat ez eman nahi».

En Arrieta la cuestación se efectúa recorriendo el pueblo en sentido antihorario y en dos fases: el Domingo por la parte alta y el Martes por la parte baja del pueblo. En ocasiones el itinerario es de longitud considerable, como el que los mozos de Artozki efectuaban para subir hasta el caserío de Ekiza, o los de Gorraiz que llegaban hasta Lakabe.”

Los carnavales empezaron a perderse en la década de 1920, y a partir de la dictadura franquista serán totalmente prohibidos.

Personajes y nombres del carnaval pirenaico.

Pueblo, valle Carnaval Componentes

Aezkoa, Abaurregaina
Orbaizeta

Inautreak

Igautreak

Zirinuak
Muzuzarko, madama, madamo

Auritz-Burguete

Igautreak Zarratrako, muxixarkoa

Erroibar, Lintzoain

Aurizberri-Espinal

Erro

Irauteak Iautreak Moxorrotuak
Muzizarkoa, moxorroa
Muxixarkoa, muzuzarkoa

Artzibar

Ihautrea

Ihautre eguna

Zarratrakoa, moxorroa, muxuzarkoa, muzizarkoa, mozizarkoa

Zaraitzu, Jaurrieta

Ezkaroze

Orontze

Iotiak

Karnabala

Moroa
Mumuzarkoak, zarratrakoa
Txantxoak

Luzaide-Vacarlos

Ihauteriak Axeria, gorria, banderaria, zapurrak, maskak, gigantiak, makilaria…

Domingo de RamosSe realizaban procesiones en los pueblos, y en Hiriberri, los ramos de “zume”, mimbres, los recogía el vecino que le tocaba tañer las campanas, oficio que se hacía por turno.

Semana Santa. En Semana Santa era obligatorio callar las campanas, al menos hasta la Resurrección, y en vez suya se usaban para avisar las “marraskak” o “kalakak”,  matracas y carracas de madera que los chavales llevaban para avisar a los oficios.

Seguimos otras costumbre del valle en el estudio de Aranburu, 1990, como el estruendo que montaban en misa el Jueves Santo:

“La jornada principal de la Semana Santa era el Jueves Santo. En un momento dado de la función religiosa se apagaban todas las luces de la Iglesia al tiempo que se hacían sonar, con gran estruendo, las carracas y se movían los bancos para incrementar el alboroto. El momento, esperado con ansiedad y protagonizado por los chavales, coincidía con el terremoto final de las tinieblas del pasaje bíblico. Tenían lugar en Arce procesiones tanto el Jueves como el Viernes santo. Se retira de las pilas benditeras el agua que será repuesta y bendecida el día del Sábado Santo. En este día, los críos de Nagore organizaban una cuestación por el pueblo de características similares a las recogidas por San Gregorio en el resto del valle.”

 ABRIL.

San Marcos. (25 de abril). “Por San Marcos, los pesebres boca abajo”

Refrán recogido de Imizkotz

Seguimos a Aranburu, 1990, que es el único que recoge costumbres de Artzibar sobre este día:

“Alrededor de la festividad de San Marcos el Valle de Arce celebraba numerosas rogativas de salvaguarda y protección de las cosechas y campos en prevención de tormentas. Es frecuente que con este fin los pueblos cercanos organizasen recíprocas visitas. Así ocurría entre Lusarreta y Urdíroz cuyos vecinos se visitaban en sendas procesiones celebradas durante dos días consecutivos.

Se incluyen entre las rogativas de esta época primaveral las que colectivamente ofrecían los pueblos de Imizkoz, Arrieta y Villanueva de acuerdo con el protocolo que describimos más adelante al ocupamos de las rogativas. Terminadas las peticiones piadosas se daba cuenta de un buen almuerzo.

La fecha de las rogativas no era determinada sino que puede hablarse más bien de una época que se extiende desde San Marcos hasta la Ascensión.

También por San Marcos comienzan a sacarse los animales al monte tras el invierno en la casa. […]

En el mes de mayo, o más precisamente a partir del día de San Marcos, los vecinos de Villanueva, Imizkoz y Arrieta celebraban conjuntamente, y durante tres días consecutivos, rogativas en cada uno de los tres pueblos de tal forma que en el primero de los tres días Villanueva e Imizkoz visitaban a los de Arrieta, el segundo día Imizkoz y Villanueva van a Arrieta y, al tercero, Imizkoz recibe a los otros dos (otros informantes dan un orden diferente, pero siendo el descrito el mayoritario).”

MAYO.

S. Isidro labrador. Se cita 1949 la fecha en comienza en Navarra a celebrarse como fiesta el patró del campo. En Saragueta hacían ofrendas a la cruz, que se ecnotraba en las afueras del pueblo, y hoy día está junto a la plaza.

Corpus Christi. Una de las fiesta más importantes del calendario católico, se celebraban procesiones en todos los pueblos. En toda la zona se colocaban diversos altares en el recorrido de la procesión donde se detenían a orar. También era usual poner colgaduras en los balcones y alfombrar el suelo con hierbas y juncos. A veces se tiraban pétalos de rosas e incluso cohetes y tiros de escopeta.

Esta costumbre de tirar tiros en algunas fiesas religiosas comportaba sus peligros, como en 1928 en el vecino pueblo aezkoano de Orbara: “en el Gobierno Civil se recibió oficio de Burguete diciendo que, al celebrarse en Orbara la procesión del corpus, L. E. E. por disparar desde su casa algunas “salvas” puso en la escopeta un cartucho cargado de perdigones y al dispararlo hirió al alcalde del pueblo Miguel Burusco y a los vecinos Antonio Arozarena, Micaela Aguirre, Nemesio Eguinoa, Manuel Labayen y Clemente Vazquez. Por fortuna, las lesiones que todos ellos padecen son leves. El autor del disparo fue detenido.”

Procesiones. Casi todos los pueblos celebraban alguna procesión, y era costumbre en la zona alfombrar las calles para el paso de la procesión con hierbas y juncos, hierbabuena… o en Artozki además de juncos usaban ramas de centeno que luego servían para proteger las plagas de los árboles. Relatamos un listado de procesiones o romerías del valle, algunas sin fecha precisa:

 – Nagore. Nagore iba en mayo a la ermita de N. Señora del Camino. Seguimos los comentarios de García Jaurrieta, (2007); ”Anualmente los vecinos realizaban tres actos que tenían como centro la ermita. El principal eran las rogativas, con el fin de pedir a la Virgen buenas cosechas, lluvia, etc. En segundo lugar se realizaba una procesión hasta el lugar el día de la Virgen en agosto, la cual recorría gran parte del pueblo y a través de un estrecho camino vecinal llegaba hasta la ermita, la cual rodeaban, y volvían hacia la iglesia. Por último se realizaba un acto parecido el domingo siguiente tras la romería a Roncesvalles. Anteriormente dicha romería se realizaba entre semana, un miércoles, el jueves era fiesta y se realizaba la eucaristía en la ermita…”

– Artozki. El 8 de mayo los de Artozki iban a su ermita de S. Miguel, que repetían en Septiembre.

– Azparren-Gorraitz. En 1916 Urabayen cita la procesión de los de Gorraitz y Azparren a la ermita de Orotz Betelu. Seguimos su relato: “El dia 9 de Mayo los vecindarios de los pueblos de Azparren y Gorraiz van en procesión á la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, que está en un altozano cercano al pueblo. Oroz-Betelu los recibe tocando las campanas, se celebra la Misa en la ermita, y por la tarde hacen la vuelta á sus pueblos procesionalmente.”

– Hiriberri. Los de Hiriberri subían el miércoles siguiente a la Ascensión a las campas de Juandetxako, (oficialmente Jaun Done Xakue), donde el ayuntamiento invitaba a queso y vino. En el camino de Imizkotz a la cima del monte hubo una ermita dedicada a Santiago, que posiblemente tenga relación con el lugar donde se reunían los hiriberritarras.

– Arrieta-Hiriberri. Los de Arrieta e Hiriberri solían subir al alto llamado “Bizkar”, encima de Arrieta, justo, al Noreste, donde el cura enviaba bendiciones a los cuatro puntos cardinales para evitar las plagas  de ratones.

– Arrieta. Arrieta también iba el día de San Martín a su ermita que se encontraba en el alto del pueblo.

– Azparren. En mayo los de Azparren iban a su ermita en procesión, hoy desaparecida. En el siglo XVIII se cita como ermita de Santa Teresa, y posteriormente bajo la advocación de N. Señora de la Agonía.

 Uritz. A finales del siglo XIX se hace referencia a unas importantes rogativas-procesión, que se celebraban en junio en la parroquia de Uritz. Se celebraba en honor de las reliquias de S. Blás, para preservar las cosechas. Según las crónicas de la época participaban al menos 8 pueblos del valle, (ver hemeroteca de Uritz). No sabemos hasta cuándo duró esta procesión, hoy día totalmente olvidada. Seguimos la noticia escrita desde Nagore de 1898: “La tradicional rogativa que éste y siete pueblos más hacen anualmente á la parroquia de Uriz, donde se venera la reliquia de San Blás con objeto de pedir á Dios no descargue una mala tempestad sobre las cosechas pendientes en los campos… Llegada la procesión celebró la misa el nombrado señor párroco, ejerciendo de Diácono don Antonio Gotia y de Subdiácono don Faustino Zazpe, venerables párrocos de Nagore y Urdiroz respectivamente… ”. O la crónica de 1901:En Ordenada procesion y en medio del mayor recogimiento y compostura se celebró ayer por la mañana la piadosa y tradicional rogativa, que anualmente efectúan los habitantes de ocho pueblos de este valle á la iglesia parroquial del lugar de Uriz, en la que se veneran reliquias del glorioso San Blas…”

– Uritz. En Uritz también tuvieron una ermita, con la advocación de la Virgen de N. Señora del Carmen, cuya imagen cuenta el investigador Clavería llevaban todos los años los vecinos en procesión a Orreaga-Roncesvalles. No existe por ahora otra referecnia de dicha procesión.

– Saragueta. Saragueta iba en procesión a la cruz, cuyo término llamaban ermita.

Romería a Orreaga- Roncesvalles. Es la más importante del valle, existe un apartado especial para esta romería, así que aquí sólo la citamos. (Ver capítulo sobre la romería a Orreaga-Roncesvalles).

JUNIO.

San Juan. Dice el investigador Aranburu que la fiesta de S. Juan era de las más celebradas del valle, recogiendo variadas costumbres.

El más tradicional de los ritos de la noche de S. Juan son las hogueras, con el fuego purificador. En algunos pueblos del valle echaban a esa hoguera los juncos y hierbas santificados por haber servido de alfombra en la procesión del Corpus.

Dicen que el rocío de esa noche aliviaba algunas enfermedades. Así en pueblos como Orbaizeta, Aria, Orondritz o Arrieta la recomendaban para prevenir la sarna.

Seguimos otras costumbres recopiladas por Aranburu, 1990:

“Se alimentaba la hoguera con muy diversos materiales entre los que cabe destacar, por su interés etnológico, los juncos que habían alfombrado las calles al paso de la procesión del Corpus Christi (Nagore…), los helechos secos bendecidos justamente el año anterior por San Juan y conservados al efecto, o las propias enramadas, secas también, del año precedente (Saragüeta, Lusarreta…). A la hoguera, ya prendida, se le añadían ramas de boj y encino. O gorrillón  en Ekiza. En Arrieta esparcían después por los campos las cenizas de estos fuegos solsticiales.

Todos los habitantes del vecindario podía, y solían, saltar, sin distinción de sexo o edad, por encima de las llamas con la creencia en su valor profiláctico frente a diversos males y, en especial, en prevención de la sarna. Muchos de nuestros informantes coinciden en reconocer que se trataba de «casi una obligación, puesto que curaba los males». En el momento de brincar sobre el fuego se decía o gritaba una frase alusiva siendo las más frecuentes las siguientes: Sarna fuera; Sarna a Francia, trigo a España; Sarna Frantziara, gavia Españara; Garia etxera; Ezkabia kanpora.  Y otras como fuera peste o txerria kanpora.  En general recuerdan los informantes que las frases se decían antiguamente en euskara.

En relación con los rituales ígnicos de esta noche encontramos la costumbre bastante extendida que tenían los chavales de pegar fuego a viejas botas de vino con las que recorren el pueblo agítandolas sobre sus cabezas.

Pasada la medianoche se realizaban otros ritos. Seguimos con Aranburu:

“En la madrugada del día de San Juan tenían lugar diversos ritos de purificación. Algunos de ellos particularmente relacionados con el agua. Antes de salir el sol los vecinos de algunos pueblos tenían costumbre de acudir a determinado lugar, por ejemplo a la propia fuente del pueblo, para lavarse la cara con el fin de preservarse del mal de ojos (así en Azparren, Imizkoz…), de la sarna (en Arrieta) o para evitar impurezas en general (Ekiza). En Villanueva recuerdan cómo una chica de Viscarret (Erroibar) se curó la sarna con el aguazón de la huerta en la mañana de San Juan. Era también costumbre tomar agua en ayunas.

Estos ritos atañen también al ganado. En Azparren llevaban a las ovejas a un pozo del río donde las hacían entrar por un lado y salir por el otro «bañadas en el agua de San Juan». En Arrieta toda la familia bebía agua traída esa madrugada en un cubo de la fuente Iturripea. Muy directamente relacionado con lo anterior, recogemos la tradición de los mozos del valle de ordeñar, de noche y «clandestinamente», las ovejas y cabras del vecindario, para preparar con la leche una chocolatada nocturna. En Arrieta esquilaban a las ovejas antes de hacerlas pasar por el río.

Enramadas. En aquellas casas donde había mozas, los mozos colocaban en la puerta unas ornamentales enramadas en forma de arco que se sujetaban mediante herraduras dispuestas a tal fin en las fachadas de las casas, y que conservan en muchos casos todavía. Las enramadas se formaban con helecho, gorrillón, flor se saúco y hojas de nogal bendecidas en la mañana de ese mismo día. La enramada permanecía allí durante todo el año, siendo frecuentemente utilizados sus restos para encender la hoguera de la próxima víspera de San Juan un año después. Las mozas así homenajeadas solían ofrecer una merienda a los mozos. Las enramadas de San Juan poseen también poder protector contra las tormentas.

Varios. En algunos pueblos bendecían rosas y perejil que serían colocados en una almohadilla ,bajo la cabeza de los difuntos. Se dice en Imizkoz que quien duerme la siesta en el día de San Juan tendrá sueño todo el año. Las amas de casa, que tenían la costumbre de dejar los pucheros con comida en el alféizar de las ventanas, podían descubrir con «sorpresa» que les había sido robado. Era una travesura típica de los mozos por la festividad de San Juan.”

En algunos pueblos de Artzibar como Gorraitz también se ha recogido la tradición de llamar en castellano al eguzki lore como cardo de S. Juan, que servía para ahuyentar a los brujos-as, sorginak. Se coloca en las entradas de la casa, porque cuenta la tradición que los brujos-as se entretenían contando las puntas de las hojas y para cuando se daban cuenta ya amanecía y tenían que desaparecer.

JULIO-SEPTIEMBRE.

Meses de gran trabajo, celebraban pocas festividades.

FIESTAS. En los años 1920-30 en Artzibar y en general en toda la zona, se pasaron algunas fiestas de los pueblos del día del patrón, normalmente en otoño-invierno, a fechas de climatología más benigna. En la década de 1960-70 algunas fechas se volvieron a cambiar para coincidir con el verano, fecha en que solían estar los del pueblo que ya vivían en la ciudad. Seguimos a Aranburu: “Como ejemplo del primer cambio observado encontramos los acontecidos en Lusarreta que traslada, hacia 1949, a septiembre sus fiestas a causa del clima; en Saragüeta, donde, por finalizar las labores agrícolas, retrasan las fiestas hasta el día de la degollación de San Juan (28 de agosto); en Arrieta que, por similar motivo, la trilla, las atrasan en 1928 a la cruz de septiembre; en Artozki donde eligen la Virgen del Rosario sustituyendo a la Patrona, la Purísima, hacia 1930 como fecha de fiestas; y en Gorraiz donde son adelantadas de San Martín a San Miguel.”

Las fiestas solían durar tres o cuatro días y la víspera. Las costumbres cambiaban según el tamaño del pueblo, y la economía de cada época. En general se elegían mayordomos-as que dirigían los actos. La base eran las comidas y la música: bandas, duos, acordeonistas… se hacían rondas por las calles y casas, bailes en la plaza, e incluso tocaban en la misa mayor del día del patrón. El último día era el de los casados.

Entresacamos algunos comentarios sobre el valle de Aranburu, (1990):

VISPERA. […] Recogemos también, como propia de este día, la costumbre de matar una cabra o cabrito y de preparar tripotas.

PRIMER DIA. Por la mañana temprano, antes de las ocho, salen los músicos acompañados de los mozos a dar la diana. Y tras el pasacalle matutino, la misa. En Arrieta los mozos, en su recorrido con los músicos, almorzaban por las casas. La costumbre era hacerlo siempre en tres casas y en las tres lo mismo: sopa, menudos de cordero y café. Este almuerzo itinerante se prolongaba hasta la hora de comer. El segundo y tercer día de las fiestas repetirán, en casas distintas, los almuerzos. […]

Los menús típicos de las fiestas en Arce consistían invariablemente en pollo, oveja o cordero además de los ensalzados rellenos de cordero blanco o negro. No faltaba la sopa de cocido, los garbanzos con berza y la propia carne del cocido servida con tomate. Entre los postres destacan los de leche y harina de maíz: arroz con leche, natillas, tarta de nuez, etc. 

Por la tarde tenía lugar el baile en la era comunal. En algún pueblo, debido al clima o a la escasa población, el baile se efectuaba en lugar cerrado. Así ocurría en Lusarreta, que celebraba en diciembre sus fiestas, o en los pequeños caseríos de Ekiza y Lakabe. […]

DIA DE LOS CASADOS. ULTIMO DIA.  […] Por la tarde el baile en la era o baile de la era comenzaba pronto, entre las 15 h. 30 m. y las 17 h., según pueblos.[…] es iniciado por los mayordomos y compañeros con una jota o, más propiamente, con dos, pues repetían la pieza alternado las respectivas parejas. Era ocupación de las mayordomas servir durante el descanso del baile chocolate con bolados a los músicos, al mayordomo y al compañero. […] El final del baile venía determinado, generalmente, por el toque de oración debiendo las mujeres retirarse a sus casas. Los mozos en cambio proseguían la juerga en la taberna. No obstante, en algunos pueblos y en determinadas épocas hubo baile después de la cena celebrándose además en local cerrado. Si ya de por sí el baile era objeto de represión por parte de los ministros de la Iglesia, se comprenderá que este tipo de baile fuera aún más rigurosamente perseguido por los párrocos correspondientes.

El tercer día era dedicado en varios pueblos a los casados y se conocía como día de los casados. […] El mayordomo les acompaña en Arrieta portando un rosco especial con puntas o picos que lleva colgando de un pañuelo de seda terciado al pecho. Este rosco lo comerán entre todos en el baile de la tarde.

[…] El presupuesto de gastos de las fiestas, en el que destaca la retribución a los músicos, se cubría entre los mozos a partes iguales. La cuota solía ser una cantidad relativamente importante. A título orientativo recogemos la cifra de cinco pesetas por mozo en los años veinte, siendo de unos cinco duros la cuota media en la década de los cuarenta.

PIPERROPILES. Las mozas de Artzibar obsequiaban a los mozos durante las fiestas patronales con unos bollos de repostería trenzados en forma de ocho y adornados con pequeñas bolitas de anís coloreadas (chochos). Son los famosos piperropiles. El Pieperropil era un dulce altamente estimado por los jóvenes varones pues al tiempo que deleitaba el paladar alborozaba el corazón del obsequiado: una moza cuando ofrecía el piperropil no lo hacía arbitrariamente. Los piperropiles podían elaborarse en el horno de casa o encargarse en la panadería. Incluso se traían de fuera (p.ej. de Aoiz). Las recetas son diversas pero los ingredientes básicos eran los mismos: harina de trigo en poca cantidad, huevos (casi todo yema batida), azúcar, anís y canela. Según distintos informantes correspondía a la mayordoma, con carácter exclusivo, la función de distribuir los piperropiles. Otros afirman, sin embargo, que era costumbre de todas las mozas. Si bien es una costumbre propia de la fiesta patronal en algunos pueblos, como Artozki, la encontramos también por Carnaval.

FIESTAS TXIKITAS […] En general queda como fiesta menor la festividad del patrón cuando las fiestas denominadas patronales se trasladan a otras fechas. Suelen durar un sólo día. Lusarreta celebraba sus fiestas pequeñas el día 3 de agosto limitando los actos festivos a la celebración de una misa. En Imizkoz solían celebrar el día de la patrona, Santa Agueda, y el víspera contratando a un acordeonista. Nagore las celebraba por San Julián, 7 de enero, patrono del pueblo y llegaban a durar dos o tres días y, ocasionalmente, por la proximidad del día de Reyes y la coincidencia con un fin de semana podían ser tan largas como las fiestas mayores. Mantenían los mismos mayordomos que en las pasadas fiestas estivales y hacían baile en los amplios pasillos de la escuela; —el clima de enero no permite el baile al aire libre—. Azparren guardaba fiesta por Santa Agueda y por San Juan; y la festividad de San Lorenzo quedó en Arrieta como fiesta txikita al trasladarse a septiembre las fiestas patronales. El día de San Blas, 3 de febrero, y la víspera eran en Uriz celebrados como fiestas pequeñas y Villanueva festejaba a su patrón, San Andrés, con misa, buena comida y música de acordeón.

OCTUBRE.

Mes de la caza de la paloma, no parece que tenía mucha tradición en el valle, dado que sus vecinos del norte tenían mejores puestos de caza a mayores alturas.

NOVIEMBRE.

Todos los santos. Día de los muertos. La costumbre de visitar el cementerio parece datarse desde la década de 1940 en Navarra.

En Artzibar era costumbre salir a la mañana en cuestación y se les daba frutos secos y caramelos.  A la tarde llevaban las “oladas” a la iglesia que una vez bendecidas se repartían de nuevo. Entre los versos que se cantaban, Aranburu recopila dos estrofas sueltas, la primera de Saragueta: Txingila mingila kurruskario / abre las puertas del armario.” . Y otra variante en euskara: “Zingila mingila kurruskario / sagarrak merke ta udareak kario”. Encontrando otro final alternativo, “… udareak merke ta sagarrak kario”.

San Martín. Urabayen en su libro de 1916 sobre Orotz, relata una costumbre perdida de los pastores, que seguramente estaba más extendida en el valle: Se ha perdido ya la costumbre que existía de reunirse los pastores el día de San Martín (11 de Noviembre) á comer un cordero si el viento reinante en ese dia era bochorno, pues ello era señal de que el invierno había de ser clemente.”

En Arrieta celebraban una procesión a la ermita del pueblo, y ese día contraban a los pastores del rebaño común de ovejas y el de cabras.

DICIEMBRE.

Navidad. El tronco de Navidad. Xukil, tukil o txukil en Urraul Goiti y Artzibar (Hiriberri y Azparren). Baztarreko, bazterreko, Aezkoa. Xubilar en Romanzado, Xuhilau o xukileko en Luzaide…

Solía ser de tamaño grande, y si era muy grande se tenía que llevar con animales. Otras veces cada miembro llevaba un tronco más, “para que Dios se calentase”, “para calentar los pañales de Dios”, o como en Saragueta, uno para Dios y otro para la Vírgen. En algunos pueblos decían que tenía que durar encendido hasta la noche de Navidad, caso de Urraul Goiti, e incluso hasta año nuevo, como en Arrieta. También se guardaba el resto para encenderlo para ahuyentar las tormentas, o su humo servía para ayudara la bendición de los animales el día de S. Anton.

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