Libro “Cruce De Caminos. Nagore (Arce)” de Gerardo Huarte
Cultura

En esta nueva colaboración para la web de Artzibar, Gerardo Huarte nos hace un resumen de lo que podemos encontrar en su libro.
Gerardo Huarte es autor de la obra “BILLETES FALSOS EN NAVARRA (1917). CON EPICENTRO EN AOIZ Y NAGORE”, ha publicado también otro libro titulado “CRUCE DE CAMINOS. NAGORE (Arce)”, cuya primera edición apareció en 2015, con 486 páginas, distribuidas en 22 capítulos, a los que hay que añadir un plano de toponimia.
En el contenido del libro hay capítulos que abordan temas que afectan principalmente a Nagore. Estos son los casos relativos a “Usos y costumbres”; “Autoabastecimiento de la casa”; “Agricultura, ganadería y montes”; “Profesiones y oficios”; “Crónica menor” (con 38 anotaciones del devenir de Nagore); “La llegada de la luz en 1913 y la traída de aguas en 1954”, “El río Urrobi o la lucha por el agua durante el estiaje”, “Abastos y taberna”, “Sucesos”, “Procesos judiciales”, “Las Guerras y sus consecuencias”, “Personajes ilustres”, “El embalse de Itoiz y la nueva configuración de Nagore”, “Los despoblados de los Olóriz (Alto y Bajo)”, “Toponimia y Oiconimia”…
Atención especial merece el retablo hispanoflamenco de la iglesia de Nagore, una magnífica obra pictórica de estilo tardogótico realizada por Diego Polo en torno a 1500 y dedicada a San Julián Hospitalario, titular de la iglesia del pueblo. El retablo está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), que es la máxima figura legal de protección. Su pintura se caracteriza por el lujo de la indumentaria –muy rica y de gran colorido–, con pliegues gruesos hasta el suelo, bordes muy definidos, así como por el empleo de pan de oro en los nimbos o coronas. En el suelo de las tablas el pintor produce una simulación en profundidad por medio de baldosines de distintos colores. La Virgen (comienzos del siglo XIV), declarada Bien Inventariado, ocupa, junto a los evangelistas, la parte baja del retablo.
Por otra parte, el libro recoge una descripción de la iglesia de Arce, una joya del románico rural de Navarra, construida en torno a 1140. Se da la circunstancia de que por decisión del Obispado la parroquia de Arce desaparece como tal y se integra en la de Nagore desde el primero de julio de 1881. La citada iglesia, situada a algo más de un kilómetro al norte de Nagore, fue declarada monumento histórico–artístico mediante Real Decreto de 21 de diciembre de 1983 (Boletín Oficial del Estado de 3 de marzo de 1984).
También se desarrollan en el libro capítulos que engloban a la totalidad del Valle de Arce. El apartado más exhaustivo comprende la evolución demográfica de los núcleos de población del municipio, aspecto importante en el proceso de socialización de cualquier grupo humano.
En este sentido, el primer recuento de la población que se realiza en Navarra data de 1366 y arroja un resultado total de 140 fuegos (hogares) en el Valle de Arce, de los que 101 corresponden a labradores y 39 a hidalgos. En este recuento consta el despoblado antiguo de Adaxa pero no aparecen Amocáin, Arizcuren, Uli ni Uloci, que sí figuran en cómputos posteriores.
Seguidamente, se exponen los resultados de varios recuentos de población del Valle de Arce, teniendo en cuenta que a mitades del siglo XIX se segregan los pueblos de Oroz Betelu –que se constituye en Ayuntamiento–, Galdúroz y Amocáin –hoy pertenecientes a los municipios de Lizoáín-Arriasgoiti y Egüés, respectivamente–.
- Apeo en el periodo 1724–1726: 241 hogares, de los que 143 estaban declarados como vecinos propietarios y 98 moradores habitantes. Entonces había 27 núcleos habitados.
- Censo de 1796 (con 28 núcleos de población porque se incluía la ferrería de Oroz Betelu): 1.570 personas. (En 1794 el alcalde del Ayuntamiento de Arce declara que en su municipio se hallan en la clase de “Hijos Dalgos” Gabriel Palacios –de Azparren– y Miguel Lorenzo Lecumberri –de Oroz Betelu–).
- Censo de 1818: el total de personas se eleva a 1.684, de los que 1.221 son adultos; y 463, párvulos. La población está agrupada en 281 unidades familiares. La media global de personas por unidad familiar oscila entre 5 y 6 miembros.
- Censo de 1857. Es el que registra la mayor población: 1852 habitantes (pese a que Oroz Betelu, Galdúroz y Amocáin ya están fuera del Valle de Arce). Hay que anotar que constan 141 transeuntes, que están trabajando en la nueva carretera Aoiz–Burguete.
- Censos 1867 y posteriores. Los siguientes censos de población del Valle de Arce denotan un descenso gradual de la población, como se refleja en el número de habitantes expresados entre paréntesis: año 1867 (1.611); año 1878 (1.526); año 1881 (1.443); año 1915 (1.385); año 1930 (1.219); año 1984 (268); año 2004 (275; año 2014 (282).
El derrumbe demográfico origina la supresión de las escuelas de Arrieta, Úriz y Nagore en el año 1963. Y todo esto ocurre en un municipio como el de Arce, que es uno de los más extensos de Navarra (145 kilómetros cuadrados.
Otro de los temas del libro “CRUCE DE CAMINOS. NAGORE (Arce)” que afecta al Valle se concreta en la exposición de los catastros de los años 1600 y 1900.
- El catastro de 1600 ofrece una valoración de la riqueza, cifrada en 43.507 ducados (cada ducado equivalía a once reales).
- El catastro de 1900 ofrece el siguiente resumen por usos de la tierra, expresados en robadas y almutadas (estas últimas entre paréntesis): huertos, 87 (7); tierras de labor, 13.337; prados artificiales, 847 (13); viñas, 380; campos con frutales, 12 (9); pastos, 59.923; alamedas, 3; robledal bravo, 4.902 (8); sotos, 58 (13), encinar, 744 (3); pinar, 6.374 (7); hayedo, 13.790 (3); encinar, 3.256 (9); bojeral, 57.564; helechal, 66; e improductibles, 3.013.
En el libro se expone la enseñanza de niños del Valle de Arce entre 5 y 12 años, en el último cuarto del siglo XIX. La organización se concretaba en los cuatro distritos escolares con sede en Arrieta, Artozqui, Nagore y Úriz. A los cuatro distritos hay que añadir la escuela de Azparren. En 1893 los escolares sumaban 222, que representaban el 16% de la población del municipio, que totalizaba 1.400 habitantes.
Aunque hay capítulos de la obra con asuntos que afectan más a Nagore, sin embargo en cualquiera de ellos aparecen referencias a otros pueblos. Y es que un núcleo de población no es una burbuja aislada sino que está relacionado.
Si ojeamos, por ejemplo, el capítulo titulado “Crónica menor” aparecen algunas curiosidades.
- El maestro cirujano Juan de Arranegui, al otorgar testamento a finales del siglo XVII, declara que tiene pendiente el cobro de numerosas sangrías no sólo en Nagore –donde residía– sino también en Arrieta, Artozqui, Asnoz, Gurpegui, Imízcoz, Lacabe, Muniáin, Osa, Úriz y Villanueva.
- El Concejo de Nagore, ante su estado de necesidad, concierta la concesión de un préstamo de 200 euros (2.200 reales) con la casa Jauri de Aria (Aézkoa) en 1789, año de la Revolución Francesa.
- Sorprenderá al lector de hoy si recordamos que el Ayuntamiento de Arce otorgaba ayudas a lo largo del siglo XIX por la captura de lobos (24 pesetas por adulto y ocho pesetas por cada cría de esta especie).
- La misma sorpresa se llevará si lee que en 1862 el vecino de Nagore Martín Orbaiceta pidió ir suplente al Ejército en sustitución de Miguel Manterola – hijo de un fuerte comerciante de Aoiz–, por lo que percibió 1.520 pesetas. El pobre Martín falleció en las insurrecciones de Ultramar.
Si estudiamos el río Urrobi, vemos que en la época de estiaje había escasez de agua a causa de las filtraciones de agua, lo que empujó a Nagore a pleitear con los condueños del molino de Úriz en 1876, o a llegar a un acuerdo con un vecino de Arce sobre el aprovechamiento del agua para riego. Y adentrándonos en el tema del río, el Archivo General de Navarra recoge un documento suscrito en Nagore ante Notario por vecinos de Arrieta, Saragüeta y Urdíroz para reconstruir el puente medieval conocido como ”el Esqueleto”, que se había derrumbado. A dicho documento se adhiere un vecino de Imízcoz. Según el citado escrito, fechado el 8 de mayo de 1784, los firmantes encomiendan al maestro cantero Pedro Lorda, que reconstruya el puente en un año por la cantidad de 220 pesetas y se comprometen a poner a disposición del albañil 30 caballos y otros tantos hombres para acarrear la piedra a pie de obra. Desgraciadamente, el puente del Esqueleto volvió a derrumbarse el año 2003.
Al recopilar datos de las Guerras también figuran localidades distintas a Nagore. Así, tras la Guerra de la Convención (1793–1795) el alcalde de Arce desglosa los daños causados por los franceses en Lusarreta, Arrieta, Imízcoz y, sobre todo, en Artozqui. Lo novedoso es que el libro rescata en fotocopia el informe del alcalde. Otro botón de muestra de la interrelación de los pueblos se produce durante la primera Guerra Carlista (1833–1839), cuando el 26 de agosto de 1834 el pretendiente carlista Carlos María Isidro tomó ruta hacia Burguete y cerca de esta localidad mandó seguir hasta Roncescalles, donde permaneció desde la tarde de ese día hasta la tarde del día 28. Sabedor de que estaba siendo perseguido por el general Rodil –jefe de las tropas liberales–, el pretendiente carlista se trasladó a Lusarreta, donde durmió. Y al día siguiente inició su marcha con destino a Nagore, pero, tras andar media hora, cambió de opinión y se dirigió a Aincioa (Erro), desde donde fue a una borda de Esáin (Anué). Se han citado unos de los muchos ejemplos de localidades que aparecen en el libro “CRUCE DE CAMINOS. NAGORE (Arce)”.
2ª edición de “CRUCE DE CAMINOS. NAGORE (Arce)”
La 2ª edición del libro “CRUCE DE CAMINOS. NAGORE (Arce)”, aparecida en 2019, consta de 506 páginas, distribuidas en 23 capítulos, a los que hay que añadir un mapa desplegable de toponimia.
El libro cambia de portada, en su parte superior ofrece una fotografía aérea para realzar la visión del nuevo Nagore, bañado ahora con el agua de la represa de cabecera o dique de cola del embalse de Itoiz, financiado por la Confederación Hidrográfica del Ebro. La parte inferior de la portada recoge con nitidez una fotografía de Julio Altadill, que capta un vehículo de transporte de viajeros –de 15-20 caballos y con matrícula PA-106– aparcado en 1915 a la entrada del pueblo en sentido sur–norte. De hecho, en septiembre de ese año La Montañesa anuncia el servicio de transporte de viajeros Pamplona-Roncesvalles, con salida a la siete de la mañana en Roncesvalles y regreso a las tres de la tarde desde Pamplona.
En páginas interiores, la publicación incluye varias fotografías aéreas y amplía la información la represa de cabecera y su entorno (pueblo de Nagore, nuevos caminos que circunvalan el embalse así como las playas en término del citado pueblo y en el de Arce). En concreto, los caminos construidos, de 5 m de anchura, dan una longitud de 3919 m, distribuidos en los tramos siguientes: 1.919 en la margen izquierda (desde la iglesia románica rural de Arce hasta la cota de coronación); 622 en la cota de coronación de la presa; y 681 en la margen derecha (desde la cota de coronación de la presa hasta el Camino de Pamplona a la altura del cementerio del pueblo. Desde el cementerio hasta el pueblo hay 700 m.
Esta represa está concebida, entre otras cosas, para mantener un nivel constante del agua con el fin de evitar un paisaje degradado, con independencia de otros posibles usos. El volumen de este embalse de cola se cifra en 4,7 hectómetros cúbicos, lo que representa el 1,12% del embalse de Itoiz, cuya capacidad asciende a 418 hectómetros cúbicos. Se trata de una presa de escollera, cuya impermeabilidad se fundamenta en un núcleo asfáltico central y vertical de 0,5 metros (m) de espesor. Otras características del embalse de Nagore son las siguientes: altura máxima sobre cimientos, 35,5 m; longitud de coronación, 622 m; anchura, 8 m, de los cuales 5 corresponden a calzada.
Con el fin de mantener el nivel constante del embalse se ha construido un aliviadero en pozo circular –también llamado Morning Glory–, que se sitúa en el pie de aguas arriba de la presa y que permite mantener el nivel del embalse en la cota a 588 metros sobre el nivel del mar, cota que corresponde con el aliviadero de la presa de Itoiz. El aliviadero de la superficie en pozo se conecta a una galería de descarga que discurre bajo el cuerpo de presa.
Otras novedades de la segunda edición
Como fotografía curiosa destaca también una del año 1882, que capta la romería del Valle de Arce a Roncesvalles, a la entrada de Burguete. De ella se desprende que los peregrinos vestían una indumentaria distinta y que Burguete era una localidad bastante menos alargada que ahora.
Además de la incidencia de guerras desde el siglo XIX expuestas en la primera edición, el libro recoge en su segunda un episodio militar durante el Trienio Constitucional (1820-1823), ocurrido en Nagore el 5 de enero de 1822, cuando se enfrentan partidas realistas y liberales, estas últimas procedentes de Aoiz, con el resultado de la detención y ejecución de dos soldados realistas por orden del coronel Tabuenca –jefe de las tropas liberales–, quien mandó que no se los enterrara. El párroco del pueblo relata más tarde lo ocurrido, en el periódico “El Restaurador”, publicación político-religiosa.
Una curiosidad que se incluye es que, estando de maestro en Úriz (Arce), Juan Cruz Elizalde Lusarreta tradujo a comienzos de la segunda mitad del siglo XIX varios textos al vascuence del Valle de Arce recopilados en dos folletos, destinados al filólogo Luis Luciano Bonaparte, sobrino del emperador francés. (Los escritos de Elizalde se encuentran en el fondo Bonaparte del Archivo General de Navarra). Similares aportaciones se registraron en otras zonas, con el fin de estudiar las variedades dialectales de este idioma en Navarra. Elizalde, nacido en Nagore en 1816, participó en la primera guerra carlista; posteriormente fue maestro de niños en Arrieta de donde se trasladó a Úriz en 1851. Desempeñó el cargo de secretario del Ayuntamiento entre el 23 de junio 1857 y el 6 de octubre de 1860. En este último año presentó su dimisión de este puesto tras haber llegado a un acuerdo con los pueblos de Úriz, Espoz, Urdíroz y Zandueta, para que ejerciera como maestro de niños de estas localidades y secretario de los respectivos Concejos. Por este acuerdo Juan Cruz Elizalde recibirá un estipendio anual de 90 robos de trigo, 17 duros de dinero y una carga de leña por cada vecino. Además, la casa y huerta del maestro quedaban libres de contribuciones. En aquella época el robo de trigo –22 kilos– valía 18 reales. Es decir, sin contar el valor de la leña ni la exención de contribuciones, la retribución anual sumaba 490 pesetas.
Xabier Erice Etxegaray, en su tesis doctoral “Historia sociolingüística del euskera en Navarra” –publicada por el Gobierno de Navarra en 1997–, señala que en 1863 los habitantes del Valle de Arce sumaban 1.627, de los que los vascoparlantes ascendían a 1.191 (es decir, el 73%). Por otra parte, los datos recogidos por Irigaray y referidos al Valle de Arce en 1935 se resumen en las cifras siguientes: sobre una población de 1.122 habitantes, los vascoparlantes eran 262, que representaban el 23%. En resumen, resulta patente el retroceso de esta lengua en el Valle.
Finalmente, hay un apunte acerca de las defunciones y sus causas en Nagore durante el siglo XIX. En este aspecto sobresale el dato de que el 26% de las muertes correspondía a párvulos, cifra extrapolable a otros pueblos de Navarra.